--------------Cuando no se le ayuda a la verdad, la mentira se impone (y sus daños).

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Qué puede decidirse?
Se decide el valorar los hechos -con criterios racionales y éticos o no-, pero no los hechos -que ya están realizados-.
Se decide el valorar la verdad, pero no la verdad misma -que es ajena a tu parecer de decisión-
Se decide -que es lo esencial de lo que es civilizado o equilibrado- el valorar los mismos valores éticos que no puede prescindir un solo bien o progreso óptimo; o sea, que se ha de DEFENDER LO HONRADO -que es un valor ético- contra cualquier ignorante o astuta  justificación de lo contrario, con la consideración de que nunca éste se defiende solo, sino tienes tú el imperativo ético de defenderlo -si no, participas en dañarlo-.

2 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Cuanta más desigualdad, menos supervivientes tiene la sociedad de todos sus obstáculos.

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VALORAR es DEFENDER (defender libertad, justicia, dignidad, igualdad, paz, honradez, etc.) y, si no se sabe valorar, todo eso evidentemente no se defiende.
Por eso "saber valorar" es elegir entre un esfuerzo que se hace por un valor y muchas superficialidades que os meten hasta en la sopa, y os las tragáis... en cobardía moral.

Elegir entre lo que es un verdadero esfuerzo (con contenido o fondo) y una superficialidad (todo lo que os venden a maquillajes con poderes manipulantes y con sobreprotección, la cual crea injusta desigualdad).

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El grave error del vivir de muchos es que reciben y aceptan sucedáneos de conveniencia de los auténticos valores que deberían defender -pero no defienden-.
Esos sucedáneos siempre benefician a los grandes intereses de los poderosos, por eso siempre tienen toda la publicidad y toda la sobreprotección.
Por ejemplo: Te meten fútbol hasta en la sopa, y nombres de marcas comerciales, y lemas demagógicos de partidos políticos, y lo que dicen unos estúpidos mediáticos, y te meten también todos los modos de obedecer...; pero censuran o marginan, sí, a quien lucha contra esos reprobables intereses. Porque precisamente les interesa censurarlo para que siga la misma tiranía que les beneficia.

Marlene Denis dijo...

La gran maquinaria es la mentira. Su puesta en escena ya no confunde a las grandes masas explotadas.

Un abrazo