--------------Cuando no se le ayuda a la verdad, la mentira se impone (y sus daños).

lunes, 28 de enero de 2013

La INICIATIVA DE INVERSIÓN, por lógica, es lo único que permite MÁS TRABAJO, MÁS PRODUCCIÓN y MÁS CAPITAL INVERSOR DE RENTABILIDAD GENERAL (el consumo).
Pero, ¿por qué no se invierte? Pues...
- porque hay menos dinero para invertir (la deuda),
- porque hay menos medios para acceder a él (la falta de crédito),
- porque los gobiernos menos protegen: recortan partidas de dinero público por salvar su deuda soberana o su credibilidad,
- porque las monedas de los países en crisis se debilitan por consecuencia de la especulación,
- porque se instala una inestabilidad de divisas y de paraísos fiscales,
- porque las materias primas ya son más elevadas,
- porque se apoderan de la demanda los países emergentes más competitivos,
- porque ahora existe una deflación inmobiliaria y
- porque, por todo lo dicho, hay una desconfianza para invertir.

ÚNICA SOLUCIÓN POSIBLE:
- Aumentar la fiscalidad para promover la iniciativa de inversión,
junto a ralentizar el pago de deudas para mantener un dinero público y crediticio también de inversión (con una austeridad de ese dinero público, sin que se destine al gasto no imprescindible).

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

Mientras vivieron los bárbaros durante mucho tiempo, ÚNICAMENTE VEÍAN SU BIEN -que no lo había, pero lo veían- y veían a los romanos como malignos, imperialistas, soberbios, etc. Pero ellos establecían dicharacheros benevolencias en sus REDES SOCIALES sobre ellos únicamente, al margen de los hechos, o sea, dictaban su bien o al que demostraba lo perseguían, y arrasaban pueblos y violaban niñas...; pero ellos insistían -sin demostrar nada- que hacían lo correcto.
Esto es lo que pasa, ellos siguen y siguen, pero sobre esa base que, a perversión buenizada, fijan.

En estos tiempos de confusión y de no reconocer nada... se arrasa mucha dignidad, se destruye...

Cuando seres humanos hay que nunca reconocen razón...¡DESTRUYEN SIEMPRE!, y yo no he visto aún que reconozcan un ápice de algo (¡entre ellos sí!, pero eso no vale, es como si ladrones demostrasen a ladrones que no son ladrones).