--------------Cuando no se le ayuda a la verdad, la mentira se impone (y sus daños).

domingo, 5 de julio de 2015

No es que la razón se tenga, sino se esquiva -por otra cosa de rentable, egoísta y cómoda sinrazón-; no es que el bien no esté, sino se esquiva; no es que la luz no exista, sino se esquiva.
Sí, se esquiva y, así, no la proteges, no la cuidas, no la permites; porque sigues con lo mismo, con la hipocresía o la intención ego-incoherente de verlo todo cambiado -las injusticias, el mundo, el Universo, etc.-, pero nada cambias de ti, en los hábitos de lo mismo.
Así que el mal es esquivar, desatender la luz (razón-ética) por alguna sombra (conveniencia, línea, bla-bla interesado, etc.) aplicada siempre con algún poder o con venderse a algún poder.

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

AYUDAN DIARIAMENTE a los que destruyen, sin duda, sin una mínima duda racional. Pero ¿por qué? Pues, porque:
- Porque el mentiroso mediático tiene métodos de halago y de seducción; y la verdad o los principios éticos precisamente exigen lo contrario: el no utilizar trucos de halago, de chovinismo, de peloteo, de demagogia, etc. para no maquillar o disfrazar o confundir nada.
- Porque siempre el reprobar algo con ejemplarizada autoridad ética es "parar los pies" a alguien en sus errores; y, claro, a nadie o a ninguno de los que actúan con errores les gusta que les digan que tienen errores. Por eso, siempre se prefiere el que no reprueba nada, sino consiente, se hace cómplice -beneficiándose de "no molestias"- de ellos o, bien, se las chupa para destruir todo lo que se pueda.

- Porque la mediación -tirando a las complicidades y al borreguismo- o el rol de la actual mediación es servir a lo espectacular, a eso que llama la atención aunque no diga nada, sino que distrae, causa morbo o cachondeo mental o loqueo de masas -fanatismo-.

26 de marzo de 2014