--------------Cuando no se le ayuda a la verdad, la mentira se impone (y sus daños).

viernes, 7 de julio de 2017

Los escritores españoles  son objetiva y absolutamente GENOCIDAS; lo diré cada segundo de mi vida, pidiendo siempre que se les condene con condenas exactamente iguales a los de los malditos terroristas, satánicos o genocidas.
Porque todos los actos de destrucción los han hecho. 
Ellos jamás tienen corazón, sí, al luchar contra una sinrazón premiada o amparada socialmente, tú pierdes toda protección, tienes que renunciar a demasiadas métodos usados habitualmente - y que a ellos benefician- y, a eso, tus recursos de supervivencia se destinan siempre por un mayor desgaste.
Mientras, el que se alía con una sinrazón, todo eso se lo evita, tiene toda la vida beneficios y mínimas dificultades de esa sinrazón (o retórica objetivamente retórica sobre un ventajismo de retórica), y además incontables facilidades porque ninguna protección pierde y a nada tiene que renunciar y sus recursos de supervivencia ya los dedica a tener éxitos, trepando muchos escalones socialmente. Ser infininamente genocida (J. J. Guardia Polaino, M Blasco, A. García Barga, P. Pérez González, etc) no es lo más grave, sino que los apoyan los españogenocidas siempre a total sangre fría y sin alma, sí,buenizándose ellos a lo nazi y pidiendo con cara dura impunidad aristocrática ante la ética, HdP, los muy hijos de la gran puta!, o sin rodeos ni falsedad hay que  decir que son españoles objetivamente GENOCIDAS

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